Circe y Tamiat
El mito de la
creación sumerio: Enuma Elish
En la clase se expuso con mucha razón que Circe es
hija del titán preolímpico Helios, que representa el cielo y al sol; y de la
oceánide Perseida, que con mucha exactitud representa el mar, lo húmedo, el
origen de las cosas. En ese momento, perdónenme mi informalidad, recordé, o
mejor dicho me vino a la cabeza la historia del caos, del hieros gamos, de donde surge
el bien y el mal. En el nacimiento de Circe tenemos de manera literal una
remembranza a los viejos mitos de creación, entre ellos el más antiguo que
tenemos registrado: el Enuma Elish.
Fue el
experto en cultura asiria y escolar de la Biblia Alexander Heidel que en 1942
tradujo en verso al inglés el Enuma Elish.
Este mito, a mi parecer y espero no se muy subjetivo en esto, tiene muchas
semejanzas con el mito de Circe. En los dos hay un hieros gamos, de donde nace el mundo de los dioses; y también hay
una aparición del arquetipo de la “madre devoradora”, la que yo confundí
erróneamente con otra simbología cultural. Pero ahora me explico.
En un
principio todo se encontraba en caos, en el “huevo” precósmico. Después Apsu,
que representa el mar y cielo primigenio, unidos sin distinción, y Tiamat, que
representa al caos, se unieron para dar así a luz al mundo de los dioses, en
este momento nace el cielo y la tierra. De manera similar Circe nace de esa
unión sagrada. Regresando al Enuma Elish,
aquí ocurre algo curioso; Apsu y Tiamat conspiran para devorar y regresar al
caos a sus hijos, debido a su ruido; algo que plasmará en Freud la idea de la
“madre devoradora “y Jung en el “padre tiránico”. Ea, otro dios descendiente de
Apsu y Tiamat, pero no directo, logra frustrar el plan de sus padres matando a
Apsu y se une con Daminka, con el que darán a luz a Marduk, dios principal del
mito. Pero después Tiamat tomaría venganza de su prole y crearía un ejército de
monstruos a partir de un brebaje infernal para asesinar a los dioses. Marduk,
descendiente de Ea, le haría frente a través de la su palabra, que exhala fuego
al salir de su habla, logrando así derrotar a Tiamat.
De igual
manera Circe a través de un brebaje convierte a los compañeros de Ulises en
animales y controla a otras fieras que tiene en su isla. Circe vive en un
paraíso terrenal, uno donde ella ejerce un control dominante sobre todo. Ella
es una representación del todo, tanto de la civilización como de lo salvaje,
por así decirlo es el dragón del caos, que espera tenerlo todo en un estado inconsciente.
Entonces incluso intentará seducir a Ulises para que se quede con ella ofreciéndole
el brebaje, sin embargo Ulises no cae en la trampa. Pero esto no se convertirá
en un conflicto, sino que Ulises se quedará al lado de ella de manera
voluntaria, en lo que a mí me parece una unión algo parecida a el hieros gamos precósmico, que se repite como arquetipo una y
otra vez. Aunque en esta ocasión Ulises recordará su verdadero viaje heroico y
saldrá de la isla para continuar su periplo.
Encuentro
una cierta similitud entre Circe y Tiamat, las dos quisieron regresar a sus protegidos
al estado precósmico, al caos devorador, a la nada de donde viene todo, a ese
lugar donde la seguridad infinita de la nada limita la libertad y facilita el
control de sus subalternos. Es una
descripción, propongo, del arquetipo de la “madre devoradora”. Por otra parte
tanto Marduk como Ulises, a través de la palabra, se convierten en
transcriptores y traductores del caos hacia el conocimiento. Pero también
Ulises aprende de Circe que es la tejedora de palabras, naciendo del caos el
sentido. En una forma se podría decir
que es su viaje heroico.
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