jueves, 15 de noviembre de 2018


ANTONIO GOMEZ SOFIA HYPATIA


CIRCE DE JULIO CORTAZAR

La imagen de Delia es idealizada a un nivel tal que podría ser exagerada; ella es hermosa, rubia, frágil y dócil, lo que se compararía con la representación de una diosa o doncella con toda su vanidad a flor de piel de una pintura (la imagen de ella relata más de un sentimiento a la vez, al ser estática muestra los movimientos frágiles y delicados así como sus facciones);  usaba vestidos claros, y debido al matiz de su piel blanca (según es narrado en el poema) combinaría bien con un tono azulado o rosaseaceo, pero podría ser en realidad cualquier color, pero hago referencia a este para relacionarlo con Circe, quien es representada con ambos colores, uno por la pasión y el otro por las oceánidas, de quienes Circe es hermana; aunque después Delia usara en señal de luto el color negro, lo que demostraría la transición de la doncella al lado oscuro. Físicamente, Delia podría ser una Circe moderna y el color de sus ropas habla de la doncella a la hechicera, del bien al mal; no solo cambia en el poema de ropa sino de actitud. A diferencia de ella, Circe siempre mostró su belleza a Odiseo, porque vaya que era hermosa, y al mismo tiempo desde un principio se mostró como una hechicera. En La Odisea, Circe es una hechicera ya forjada y no la evolución de una o de las máscaras de una mujer para fingir ser alguien de día y otra de noche.
Delia frente a los otros es una mujer que se aleja de la sociedad, no hace nada malo y mucho menos lo intenta (o por lo menos cuando está fuera de su casa), es una chica normal, tímida y con una tez de tristeza porque estaba de luto. Pero lo curioso es que a pesar de ello, de no ser una chica que pareciera buscar problemas, provocaba  rumores y chismes entre los vecinos, los cuales incluso le odiaban sin una razón clara, algo que a ella no le imporataba pues aunque la odiaran todos, siempre había uno que quearia  estar con ella, esta persona como en el caso de Rolo, Héctor y Mario sin entender el porque, queaban enamorados de Delia, como magia de un hechizo y formaban una cadena de misterios, pues al enamorarse y estar con ella uno por uno fallecía de una manera misteriosa e incluso ilógica. Ella es una mujer de dos facetas, pues en el poema la muerte de sus amantes es relatada con lentitud y no se comprende la sospecha de los vecinos acerca de quién era realmente Delia, uno aparentemente se suicidó y el otro murió de un paro cardiaco. Su muerte accidental cuenta el inicio del mito de Circe (pues Delia es la principal sospechosa), quien envenenó a su esposo y huye para hechizar mediante un menjurje a otros hombres fascinados con su presencia para transformarlos en los monstruos que le acompañan en su desdicha; están con ella cuando no está con su amante, sea éste Rolo, Héctor o Mario y cuando comparten momentos con ellos estos son muy agradables y cordiales. Cumplen los estándares de como las bestias acompañaban a Circe, siempre a donde iba ella estaban presentes. Están de alguna manera ligados a ella, le son fieles y la protegen, pero también no la lastiman por mucho que quisieran como si cuando Delia no estuviese, ellos dejarían de ser lo que son y se vuelven sombras de un sueño difuso. Están encadenados a ella. Los Mañara no son nada sin Delia como las bestias de Circe, son por ello otra de las máscaras necesarias de Delia.
Delia, se cuenta, estuvo desde niña interactuando con bestias o alimañas despreciables, como es el caso de las arañas, y ahora siendo adulta, lo seguía haciendo, e incluso le acompañaba a donde fuera, como el caso de un gato, un animal que en cierta época fue considerado un símbolo de brujería y maldad. Por otro lado, los perros (que parece que son, según el autor cariñosos con todo el mundo), se le alejan como por temor a quien era ella. Esta actitud de gustar de la compañía de bestias es como la de Circe, quien no tenía en su palacio gatos o perros, sino que tenia de los más feroces animales como lobos y leones, animales poco ortodoxos para una mujer en una civilización como lo es Delia. En el mundo de Delia y Circe no hay lugar para animales que simbolicen pureza o bondad, deben ser de simbología oscura, de lo contrario, la muerte y maldad, así como la hechicería de ambas terminara por liquidar; como con Odiseo, quien al ser un alma “bondadosa” se cansaba y estaba envenenándose con la compaña de Circe, es decir, poco a poco, moría. De la, misma manera el conejo y pez que tuvo Delia, duraban poco tiempo vivos, pues su presencia maligna de la doncella los mataba.
Aún si Circe o Delia no quisieran intencionalmente asesinar a sus amados como Odiseo, Rodo, Héctor y ahora Mario, por naturaleza era inevitable, la mujer hechicera y maligna no puede tener una vida normal como la de una doncella. Además, estar con ellas no solo significan la muerte, pues esta no sería común, será muy extraña y complicada; Rodo, cae y muere de un ataque cardiaco, Héctor se suicida; mientras que por suerte o no Mario y Odiseo logran escapar de ellas, pero no de su destino, resultado de su relación, Odiseo debe sufrir por un viaje tormentoso, y Mario debe soportar el sufrimiento tras conocer la verdadera cara de Delia.
A pesar de las actitudes demasiado extrañas de Delia, Mario buscaba una explicación lógica en cuanto a todos los sucesos extraños que la rodeaban, pero cuando encontró un mensaje en un tapiz, comenzaron sus sospechas, puesto que tal mensaje era de Héctor, donde escribía su arrepentimiento y temor por suicidarse: “Perdóname mi muerte, es imposible que entiendas, pero perdóname, mamá. “Mario comprendió, que Rolo fue el primero en encontrar su mensaje y tras haberlo leído y con un conjunto de circunstancias relacionados con Delia, gritó tan fuerte que le dio un ataque al corazón. La muerte del amado es inevitable.
Conforme Mario va acercándose más y más a Delia y a los Mañara la concia mejor y en cuanto a ella, hablaban y la veía tocar el piano, pero lo que más quería era conocer su forma de cocinar, suponiendo que la perfección de la mujer se complementaría con sus habilidades en la cocina, algo que solo por dichos de los Mañara podía confirmar pues, nunca los había probado a sea los licores o bombones deliciosos que ella hacía.
Como ya se mencionó, la relación de Mario con los Mañara era muy cordial y de buena amistad, pero todo cambio cuando él les mostró que iba a regalarle a Delia unos bombones; inmediatamente su actitud cambió, ellos sabían lo que eso significaba y no dijeron nada, como cuando de la nave de Odiseo bajaron los compañeros de éste y vieron los animales compañeros de Circe no los atacaron, sino que lo más probable es que con gruñidos intentaron advertirles lo que pasaría pero al no saber comunicarse por su parte y no entenderlos por parte de los compañeros de Odiseo, el destino que sufrirían sería el mismo que el de las fieras; es decir, las fieras son el resultado simbólico de los Mañara, que, aunque quisieran no podían advertirle a Mario que esa caja de bombones que regalaría a Circe, sería el principio del fin.
Como si fuera una dulce invitación, cuando Delia recibió los bombones y decidió mostrarle y darle a probar a Mario los bombones y licores que ella creaba. Con esto, así como Circe, les dio mediante engaños y seducción a los compañeros de Odiseo, sus menjurjes, es decir, su poción mágica para hacerlos suyos.
Ni Circe ni Delia obligaron a alguno a tomarlo, ellos por voluntad lo hacían y ellas disfrutaban ver como caían aquellos desdichados en su engaño. Después de la primera probada Delia seguía experimentando y dándole más y más de sus creaciones a Mario, pero entre más le daba a él, menos agarraban de aquello los Mañara, quienes en defensa actuaban con temor a que los dulces tuvieran algo malo en su interior. Así como las bestias de Circe, ellos al saber que era una poción de mala muerte, no querían más veneno.
Se podría pensar que los Mañara se preocupan por Mario y no gustaban de que Delia siguiese preparando sus dulces “especiales” pero olvidaron todo cuando Mario por voluntad, decidió comprarle los ingredientes a Delia para que continuará haciéndolos, lo hizo con la misma voluntad que tuvo cuando probó los bombones por primera vez. Ella estaba contenta con esto, pues lo había logrado manipular como quería.
La seducción con la música que sonaba tocando el piano le hipnotizaba y lo llevaba a otro mundo, donde le hacía imaginar que la mujer que tocaba era otra, pero una noche los sorprendieron uno de los Mañara y que, encendiendo la luz, en ese momento de trance Mario vio por unos momentos la verdadera forma de Delia, la de un ser parecido a unos cien pies con aura tenebrosa. Con esto se deduce la identidad real del ser, así como Circe, la belleza de la doncella es solo una fachada de aquella bestia que devora el alma de los hombres.
De nuevo algo que debió notar y poner atención Mario es cuando le pide matrimonio a Delia, pues al enterarse los Mañara, en vez de alegrarse palidecieron, y pareciera que intentaban advertirle de algo, pero no lo hicieron; así como ya se mencionó anteriormente, ellos intentaron advertirle como lo hicieron los animales a los compañeros de Odiseo, pero todo fue en vano, no se podría evitar lo inevitable. Ese era el paso que le faltaba para ser el tercer novio, el tercer en morir. Ellos no pudieron decir nada por lo que podría ser miedo a Delia, pero lo sí lo hicieron de una manera poco convencional, pues mas tarde, y antes de la boda, Mario recibió notas relacionadas con Delia y sus antiguos amantes como: “Yo que usted tendría cuidado con el escalón del cancel”, pero él obviamente lo ignoró, resultado de que ya estaba cegado de “amor” o del posible embrujo de Circe.
Mario conoce a la Delia hechicera cuando pasa la noche con ella, descubre la trampa en la que se acababa de meter cuando ve al gato que siempre la seguía con dos alfileres enterrados en los ojos, y encuentra la cocina hecha especialmente para una bruja. Ella grita y él la ahoga mientras escucha como con satisfacción estaban ocultos tras la puerta los Mañara. Él era el siguiente, y era muy tarde para ver hacia atrás. Así como las fieras contemplaban como los compañeros de Odiseo se transformaban en sus semejantes, los Maraña observaban como Mario sucumbía ante Delia como la próxima víctima del legado de Circe.


https://ciudadseva.com/texto/circe/

No hay comentarios.:

Publicar un comentario