martes, 28 de agosto de 2018

Tarea 2. Ortega Valtierra Evelyn

Amazonas: quitón y cinturón, ¿vestidos masculinos o femeninos?

La figura de la amazona se ha ido recreando a lo largo de la historia, las primeras de las que se tienen registro iconográfico son posteriores, al menos un siglo, a la referencia literaria que hay en Homero (Hom. Il. II, 814 y IV, 185, 186). Esto significa que para el momento de su primigenia representación ya había variantes en la concepción de una amazona. Si bien no son únicas en cuanto a ser mujeres con armas, se encuentran Atena y Artemis, no cuentan con el halo divino que respalda a las diosas: las amazonas son humanas. En una genuina curiosidad, los griegos tenían este gusto taxonómico en el que se identifica a los “no-griegos”, en un primer nivel por la zona en la que habitan, luego por las vestiduras y finalmente por costumbres y lengua. Pero, en el caso de los roles ¿se podría identificar plenamente a cuál pertenecen las amazonas?  



DESCRIPCIÓN: Nos encontramos ante un ánfora griega, con una pintura atribuida al pintor Exequias y datada entre el 520-510 a. C. Se trata de una pintura sobre cerámica donde encontramos una escena en la que aparece Aquiles matando a Pentesilea: Aquiles da un paso hacia la derecha, usa un casco de alta cresta que permite ver debajo unas trenzas, completamente armado con un corto quitón a rayas, y ha derrotado a la reina amazona Pentesilea sobre una rodilla y le clava una lanza en la garganta. Ella tiene un casco de cresta alta con mejillas y serpiente en relieve, quitón de pañal corto, sobre el cual hay un pardalis (piel de leopardo), espada y escudo, y lo mira, empujando en vano con una lanza; una corriente de sangre brota de su herida.


ANÁLISIS FORMAL: Se trata de una pintura sobre cerámica, técnica griega conocida como "pintura de figuras negras sobre fondo rojo", seguramente se trataría de pigmentos naturales protegidos con una capa de barniz cerámico posterior. En cuanto a la forma se ve un predominio del dibujo sobre el color, los volúmenes se recrean mediante líneas que esbozan la musculatura, ya que no existen gradaciones de color, ni sombras ni brillos que ayuden a moldear los personajes. La imagen carece también de profundidad, ya que se sitúa sobre fondo neutro en el que no aparece perspectiva, la posición de los personajes nos ayuda a dar disposición espacial de un suelo, puesto que Pentesilea se halla casi contra el suelo.

La composición es simétrica, en forma de triángulo formada por los cuerpos de los personajes inclinados, Aquiles ocupa el lado izquierdo mientras Pentesilea conforma la base y la parte derecha para conformar la figura geométrica, la orientación de los cuerpos se contrapone a la de sus lanzas, mientras la de Aquiles da continuidad al triángulo, la de Pentesilea se opone de manera perpendicular, cabe destacar la distribución del color negro sobre el rojo. Las figuras, a pesar de participar de ciertos aspectos arcaicos, como los ojos almendrados, que parecen estar de frente, por lo que se advierte la "ley de la frontalidad", no se manifiestan tan rígidas y carentes de movimiento como las esculturas del periodo, en los brazos torneados se nota la fuerza con la que uno se resiste al otro, en la posición de las piernas y el cuerpo adelantado de Aquiles se aprecia movimiento de empuje y en el de Pentesilea un retroceso, así como una caída paulatina contra el suelo.





COMENTARIO: Si bien la tonalidad en las pieles y la definición de los músculos ofrece una clara diferencia entre estos personajes, son los atuendos de la amazona los que la caracterizan. A primera vista pueden ser considerados una hibridación entre el estilo femenino y la funcionalidad bélica. Resulta que, en las representaciones, propiamente, griegas visten el quitón o chitón: prenda griega que se diferenciaba en uso según la zona. La que utiliza Pentesilea es el quitón dórico, el más apropiado para las actividades deportivas o bélicas, su tamaño corto y tejido en lana permiten mantener una justa cantidad de sudor generado durante el movimiento y refrescan la piel. Curiosamente el quitón sujeto en ambos hombros, Fig. 1.1, distinguía a los hombres libres del resto, quienes debían utilizar un quitón descubierto en un hombro y parte del tórax (Lajo, R. y Surroca, J. Léxico del arte, 1990. Pp. 14, 114. Madrid: AKAL Google Libros. Web. 22/08/2018).  

Fig. 1. 1. Quitón masculino

Sin embargo el quitón de las amazonas, Fig. 1.2, puede ser una representación idealizada, un posterior artista, Praxíteles, poseía una visión realista para sus obras y ensayó diversas fórmulas para representar a Artemis con tal de distanciar su divinidad de las amazonas; desarrolló la doble falda superpuesta y descubrió que, con dos cinturones superpuestos, la túnica larga femenina podía acortarse hasta la rodilla para permitir el libre movimiento (Elvira, M. Arte y mito: manual de iconografía clásica, Madrid: Silex, 2008, p. 286. Google Libros. Web. 22/08/2018). Con este testimonio, se concede la diferencia de enfoques entre una época y otra. La representación de Pentesilea puede ser la del propio Exequias más que la de la mentalidad propia del pueblo griego.


Fig. 1.2 Quitón dórico

Sobre el cinturón, es prudente mencionar que el cinturón en la visión griega está dotado de un simbolismo que va más allá de un utensilio para fijar las ropas. Nuevamente es en la Ilíada en donde tenemos el primer testimonio del poder que conlleva el cinturón: cuando Hera quiere seducir a su esposo, se engalana y pide prestado el cinturón de Afrodita, donde esta diosa guardaba sus encantos (Hom. Il. XIV, 214-221). En la figura amazónica destaca el cinturón de Hipólita, reina de las amazonas, como símbolo de su superioridad sobre todos (Apol. Bibliotheca II, 5, 9).  El cinturón procede, en el caso de Hipólita, de Ares, un dios de la guerra bruta y cruenta. Hard, Fig. 2, establece que el cinturón pudo haber tenido una función de soporte, una especie de faja, para evitar lesiones durante la guerra (Hard, R. The Routledge handbook of greek Mythology, London: Routledge, 2004, p. 346. Impreso). Entre diversas figuras, tanto femeninas como masculinas, se presenta el cinturón como un símbolo de poder, dejando la desnudez como elemento simbólico propio de la heroicidad masculina. Finalmente, como aún sucede en nuestros días, discernir un género únicamente en base a la vestimenta, e indumentaria, no revela con claridad lo ambiguo de la figura amazónica.


Fig. 2 Reconstrucción moderna de un cinturón griego.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario